Sahumado
Desde tiempos muy antiguos, diversas culturas originarias han utilizado la técnica de quema de hierbas sagradas para lograr diferentes propósitos de sanación, reconexión, limpieza energética mental y emocional y hasta para conducir el propósito de una ceremonia. El fuego es portador de gran vitalidad y poder y se cree que a través del humo liberamos los residuos y todo aquello que no se alinea con nuestra configuración y, además, contactamos con el poder del Espíritu. Encender el fuego es encender un llamado de poder. Es conectarnos con el corazón de la Tierra. La técnica de sahumado requiere de un momento y de una actitud específica. Necesitas aquietarte, conectarte con tu ser interior y con el propósito que buscas activar. Precisar una intención concreta de trabajo, facilita la creación de esta energía. Si pides claro, más claro recibirás. Básicamente, esta técnica requiere de algunos elementos que podemos encontrar sin grandes dificultades: Un recipiente preparado para el fuego que no refracte el calor (Sahumadora), Carbones vegetales que encenderás para quemar las hierbas y activar la presencia del fuego, resinas o hierbas naturales que seleccionarás de acuerdo a tu propósito de sahumado.
Los espacios absorben la energía de todas las personas que lo habitan, de los objetos, de las palabras que se dicen y de las emociones que no se expresan. Por ello, puedes sentir un espacio pesado, incómodo o desarmonizado. El sahúmo es un ritual muy antiguo y sagrado que permite que la energía estancada circule. Las culturas ancestrales eran profundamente conscientes de que la naturaleza ofrece todo lo que el ser humano necesita para sanar el cuerpo físico y el alma. Las plantas medicinales son parte esencial de la sabiduría de la tierra y te regalan la posibilidad de transformar la vibración de un espacio para atraer amor, calma, claridad. Esta práctica consiste en quemar hierbas, resinas, maderas, polvos y flores sobre un carbón vegetal encendido, dentro de un cuenco apto para altas temperaturas. El humo que sale de esta unión se distribuye por todo el espacio que necesita purificarse.